top of page

Mi nombre es Lorena Pereira, nací, crecí y vivo en Uruguay. Soy instructora de yoga, de meditación y del método Pilates. Me inicie como terapeuta de sonido y me fascina todo lo que sea el bienestar integral.       

Hace 9 años la curiosidad me llevó al yoga y me inscribí en un curso online y así fue que empecé a entender y cambiar mis creencias de esta práctica.

Luego hice un curso de mindfulness, donde comencé a entender la importancia que tenían los pensamientos, lo manipuladora que podía ser la mente y que sin dudas eso nos afecta. A través de esta disciplina aprendí que podemos controlarla. Fue ahí que comencé a meditar a diario.

Meses  después me anoté en curso de hatha yoga online porque por temas laborales no podía  hacerlo presencial. En este curso empecé a profundizar más, sobre todo la parte de la filosofía, la parte de la meditación más que las asanas en sí, hasta ese momento para mi el yoga eran asanas. El año siguiente encontré un instructorado de yoga presencial y que coincidía con mis horarios así que me anoté. Es aquí cuando hice una conexión más profunda con el yoga y supe que sería algo que disfrutaría por el resto de mi vida. Aprendí mucho, sobre todo de mí, empecé a escucharme más, conocerme más y sobre todo a quererme más. Luego de ese curso sentí la necesidad de seguir aprendiendo más, me di cuenta que quería que el yoga fuera parte de mi vida, aplicar esta filosofía que es tan maravillosa, tan poderosa y que te ayuda a vivir la vida de otra manera, a verla y a vivir los problemas de otra manera. Aún ahí me costaba mucho las asanas y yo seguía pensando que no era buena para hacer yoga.

​

Fue entonces que me puse a buscar una escuela de yoga que realmente me hiciera cambiar la vida. Busqué y encontré una escuela en India que tenía traducción simultánea en español con profesores nativos. Sin dudarlo y agradecida de poder hacerlo y tener gente a mí alrededor que me apoyó 100% en esa decisión me anoté.

En enero del 2023 comenzó mi viaje a India, un país totalmente desconocido para mí, mi primer viaje sola. Desde Uruguay era la única que viajaba a la escuela. Desde que me subí al avión pasé por todas las emociones, miedo, tristeza, alegría, agradecimiento, orgullo.

​

Fue un curso muy intenso en todo sentido, más de 11 hs de clases por día durante un mes, alimentación totalmente diferente a la que yo tenía, etc. En este curso entendí realmente lo que era YOGA un 20% asanas 80% mente y alma. Durante ese tiempo viví el yoga como lo viven los indios, desde su filosofía de vida.

Durante mi estadía en India puedo decir que hice un master en autoconocimiento, sané muchas cosas de mi vida que ni yo pensé que me dolían, me fui siendo una persona y volví siendo una mejor versión de mí, entendí la vida desde un lado totalmente diferente a la que conocía, aprendí realmente a vivir en el presente, entendí que la vida es como la vivimos, conocí mi cuerpo, aprendí a quererlo como es porque es perfecto, porque es el vehículo que tengo para transitar todo lo que quiero, aprendí el poder de los pensamientos, que pueden ser mi mejor amigo o mi peor enemigo, aprendí que realmente puedes controlarlos, que es una práctica diaria, difícil sin dudas, pero que se puede.

Aprendí algo tan simple pero tan complejo e importante como lo es  RESPIRAR, aprendí la importancia de la respiración, de cómo funciona mi cuerpo y mi mente cuando respiro, y aprendí a estar presente y consciente en cada respiración y realmente mi vida me cambió, en todo sentido.

​

Aprendí a meditar, a realmente meditar, muchos piensan, y yo era una de ellas, que la meditación es dejar la mente en blanco, grave error, meditar es aprender a controlar tus pensamientos, aquietar tu mente, a elegir con cuáles pensamientos quedarte y cuáles dejarlos pasar. 

La vida de hoy nos lleva a vivir lo más rápido posible, a vivir en el pasado y en el futuro y nos perdemos lo maravillosos que es vivir en el PRESENTE.

Aprendí a realmente elegir en donde quedarme, con cuáles problemas preocuparme y con cuáles no.

Y también aprendí que TODO PASA, lo bueno y lo malo.

​

Los indios hacían mucho hincapié en que todos los que estábamos ahí éramos privilegiados, que si habíamos llegado a ellos era porque realmente teníamos una misión, la misión de llevarle la sabiduría que habíamos adquirido a más personas, que teníamos la misión de compartir al menos un poco de todo lo aprendido, fue ahí que me dije que quería ayudar a la gente que necesitara sentirse mejor, que quería llegar y compartir aunque sea poco o muchos algo de todo lo que yo había vivido. Fue ahí que entendí a que había ido.

​

Hoy tengo mi escuela de yoga en Uruguay, y me siento agradecida de poder cumplir todos los días con la misión de trasmitir esta hermosa disciplina a más personas.

bottom of page